El formato de una celda, y especialmente su color, van a ser fundamentales para aprovechar Excel al máximo, ya que son una forma de indicar algo a los traductores y clientes sin necesidad de escribir nada. Por ejemplo, podemos enviar un archivo de Excel con cambios en amarillo y decirle al traductor que esas son las celdas que necesitan revisarse de nuevo, ya que contienen cambios en el original.
Vamos a ver en el siguiente vídeo cómo podemos trabajar de forma productiva con el formato y el color.
Vídeo de la lección
Puntos clave de la lección
- Excel nos permite seleccionar una parte del texto para ponerlo en negrita (Ctrl + N), cursiva (Ctrl + K) o subrayado (Ctrl + S). Normalmente no nos hará falta en archivos que se deben traducir, ya que cuando se implemente el texto no se tendrá en cuenta el formato, pero siempre dependerá del cliente.
- Otra opción muy útil es la de cambiar el color de relleno en Excel (que levante la mano quien no haya visto nunca colores en un archivo para traducir o revisar). Simplemente tenemos que situarnos en la celda cuyo color de fondo queremos cambiar y seleccionar el bote de pintura de la cinta de opciones (en Inicio) o bien hacer clic con el botón derecho en la celda y seleccionar el bote de pintura (también se puede cambiar el color).
- Si quieres volver a aplicar el mismo formato a una celda, no tienes más que pulsar F4. Esto ahorra mucho tiempo si vas a marcar muchas celdas con un color especial.
- Siempre puedes crear una macro para que, con una combinación de teclas específica, cambies a un color de relleno específico. Este mismo ejemplo se estudia al final del curso, ya que es algo más avanzado.