5 claves para ser un traductor más productivo

Quizás creas que ser más productivo es simplemente «hacer más». Si eres traductor, lo lógico es pensar que cuantas más palabras traduces, más productivo eres.

Sin embargo, traducir rápido no solo se basa en la experiencia o en la motivación, sino también en una serie de hábitos de productividad que son las que te garantizan aprovechar al máximo tu tiempo. Así pues, basándome en mis más de 7 años de experiencia, espero que los siguientes 5 consejos te ayuden a ser una persona más productiva independientemente de tu experiencia profesional, combinación lingüística o especialización.

1. Aprende a gestionar tu correo

Es increíble la cantidad de tiempo que puedes perder si no llevas un control de tu correo. La sensación de estar todo el día respondiendo correos y marcando mensajes como leídos muchas veces te hace sentir que eres superproductivo, pero grábate a fuego la siguiente frase: mientras estás en el correo, no estás traduciendo ni revisando.

Por tanto, haz todo lo posible para crear buenos hábitos de correo, como anular la suscripción a todos esos mensajes que nunca lees, crear filtros o responder correos nada más leerlos si te va llevar poco tiempo. Puedes ampliar más información en la entrada 5 reglas de oro para traducir más y pasar menos tiempo en el correo que escribí en mi blog Algo más que traducir.

2. Aplica la regla de los 2 minutos

La regla de los 2 minutos consiste en que, cuando se te presenta una nueva tarea, deberías hacerla si te lleva menos de 2 minutos (pueden ser 3 o 4 también si crees que merece la pena, claro). Si no, la planificas y ya la harás en otro momento. La razón es sencilla: si de verdad te lleva tan poco tiempo, tardarás menos haciendo la tarea que anotándola y planificándola.

¿En qué situaciones se puede aplicar esta «norma»? Pues, por ejemplo, cuando lees un mensaje de un cliente (te llevará un momento confirmar la recepción del encargo y tu disponibilidad), para llevar al día la contabilidad al entregar una traducción (no tardas nada en anotar el importe en una factura provisional) o cuando te piden revisar un término de glosario para ver si está actualizado en un archivo (no tardas nada en abrir el archivo y buscarlo).

Hay miles de ejemplos donde aplicar la regla de los 2 minutos, al igual que miles de excusas para no hacerlo. En tu mano está.

3. Sigue un método de productividad conocido

Aunque cada persona se organiza a su manera, lo cierto es que hay una serie de técnicas de productividad que muchas personas usan y que suelen dar buenos resultados. Por ejemplo, quizás hayas oído hablar de la técnica Pomodoro, que consiste en realizar una actividad durante diferentes intervalos de tiempo de máxima concentración.

El caso es que hay muchas más técnicas y sistemas de productividad, como Getting Things Done (GTD). Muy resumidamente, GTD se basa en una serie de fases para que SIEMPRE tengas tú el control de todo. Solo sabiendo qué tienes que hacer y con qué prioridad llegarás a lograr tus verdaderos objetivos. Recuerda que lo urgente no siempre es tan urgente.

Yo te recomiendo que estudies varias técnicas y las pruebes. Fue así como me di cuenta de que la técnica Pomodoro no funciona para la fase de traducción (pero sí para otras tareas más aburridas como facturar), así como que GTD me ayuda a saber lo que tengo que hacer en todo momento. Como curiosidad, la imagen que encabeza este artículo es un tablón tipo Kanban.

4. Oblígate a usar atajos de teclado

No te imaginas la cantidad de tiempo que puedes ahorrar si dominas tus programas más usados y, sobre todo, las combinaciones de teclas más habituales. Probablemente uses Ctrl + X/C/V para cortar, copiar y pegar respectivamente, pero hay muchísimos más atajos de teclado. ¿Usas la tecla Windows y luego escribes el nombre del programa que quieres ejecutar en vez de ir a Inicio y buscar el programa por los menús? Pues eso. Investiga atajos de teclado pero, sobre todo… ¡oblígate a usarlos!

5. Aprende mecanografía

Quizás te choque este consejo, pero creo que, si no sabes mecanografía, aprender a mecanografiar puede aumentar tu productividad a un nivel bestial. Yo ahora uso un teclado que me obliga a escribir con todos los dedos (el Microsoft Sculpt Ergonomic Desktop) y, aunque me llevó un tiempo adaptarme, creo que ahora escribo muchísimo más rápido. Reconozco que aún no escribo siguiendo totalmente las pautas de la mecanógrafa pura, pero he notado el cambio igualmente.

Así que ya sabes: cuando tengas tiempo (porque has aplicado el resto de consejos :)), practica un poco con el curso de mecanografía de ARTypist.

6. Apúntate a un curso de productividad

Si te ha gustado esta entrada, espero que también te guste este sexto punto extra: te invito a que le eches un vistazo al temario de mi curso sobre productividad y gestión del tiempo para traductores, donde explico con más detalle estos y otros puntos, especialmente el apartado del sistema GTD aplicado a la vida de un traductor. Por supuesto, estaré disponible en el foro del curso para cualquier duda que tengas. 🙂

¡Quiero ser más productivo!

10/12/2014

0 responses on "5 claves para ser un traductor más productivo"

Leave a Message

© TRADUVERSIA
Youtube
Instagram
Twitter